16 mar 2025

El baile ya empezó


 

 

 No hay ninguna duda de que el baile ya empezó. Desde que Donald Trump posó su grasiento culo en el sillón de presidencia de los EEUUA, y decidió ser el emperador. El baile del emperador es la gran celebración mundial. Y empezó cuando Trump desacató el mandato de las urnas, traspasando los límites parlamentarios que marca la Constitución americana, despreciando cualquier política, programa o proyecto liberal de índole social de los demócratas. Trump demostró además que es un político que no entiende la democracia, el acuerdo, el debate, sólo es un ignorante fanfarrón jugador de poker. El ve la política como una apuesta maximalista. El que gana la mano se lo lleva todo. Eso hace a Donald Trump un fascista, además es un mal educado al que le gusta humillar a los demás públicamente, y es un abusador sexual que toca a las mujeres en la vulva, mientras reza con la mano en el pecho en las ceremonias oficiales para que el fascismo haga a América grande otra vez, a costa de expulsar a los inmigrantes latinos.

El baile de la guerra ya empezó desde que Trump quiso ser famoso como el pacificador, quiso pasar a la historia como el gran presidente americano que acabó con la guerra. Un personaje sin experiencia diplomática, sin capacidad de escucha, un empresario sin mas conocimientos de política internacional, que una pobre y falseada historia de EEUUA basada en mitologías conservadoras. La gran nación aria, la bondad del capitalismo como motor del mercado y la economía, la victoria de la iniciativa empresarial sobre cualquier infraestructura o servicio público.  En la hangiografía de Trump, pondrán que ademas de haber acabado con la OTAN, con sus relaciones diplomáticas con la UE, con varias agencias de la ONU, con sus propios socios comerciales del TLC, México y Canadá, Trump fue una gran diplomático.

El baile desquiciante de este hombre con rasgos evidentes de psicopatía, ya empezó hace tiempo. La pregunta que deberíamos hacernos los europeos y las europeas, es sí queremos bailar en el baile de Donald Trump. Él es quien selecciona la música, la ropa, los invitados y el catering. Estamos en un salón dónde suena una música que en Europa conocemos. Orban la sabe bailar y nos demostró como son los populistas en el poder, sólo que Viktor es un pescadito al lado de Donald. Eso es lo que lo ha vuelto tan peligroso.  

Lo mejor será irnos ya de este aburrido baile, cuanto antes mejor, hay que cortar cualquier lazo de unión entre las empresas de este movimiento tecnofacha, que alimentaron a Donald Trump, lo nutrieron de algoritmos y le brindaron plataformas y redes de contactos. Hay que dejar de bailar su apestosa música, dejar de comprar en Amazon, cerrar nuestro perfil de Facebook, no volver por X, y ya ni plantearnos comprar un Tesla, o contratar un satélite de SpaceX, ni un miserable casco de realidad virtual para Meta.. 

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