Bitácora de un escribidor que sabe a dónde va y que deja sus huellas nómadas en la arena del ruido cibernético, con estos textos y con la esperanza de que tengan sentido para alguien. Si desde la distancia o desde el olvido lo consigo estaré satisfecho, aunque sólo sea por el placer de expresar, de participar en este circo llamado mundo. También para que mis hijos sepan que su padre ha hecho algo más que consumir recetas, servicios y productos.
8 mar 2010
La mujer que no lo era
Tenía un corazón cliente, propicio para los hoteles del alma, adicta a los intersticios, juntaba segmentos de lo cotidiano y se erigía en diosa de todos los olimpos, pero no era la más sabía, ni tan siquiera conocía el secreto de la felicidad, sólo era guapa...y eso la confundía siempre.
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