28 oct 2009

En mi descargo

Me has leído furtivamente,
he visto tu huella ostentosa
en la arena lisa de esta playa solitaria
donde se bañan mis versos desnudos,
viniste a verlos clandestinamente,
no querías dejarte notar,
sólo espiar y sacar conclusiones.

Has leído y tomado decisiones,
como no saberlo
si fue tan obvio
tu rechazo silencioso,
tu dentellada caprichosa,
tu rabieta ante mis pasiones
fantásticas pero virtuales.
Si supieras cuanto hace que no acaricio
más que con palabras,
mis amantes son más virtuales
que una sombra.

Se me olvidó el sabor de los besos
por eso escribo poemas eróticos
para recordar alientos
para no olvidar que soy hombre
que deseo,
que estoy cuerdo,
que soy viento.

Confieso mi vocación de indecoroso
fabricante de amantes intangibles
con palabras y sonidos amorosos
beso sus cuellos inasibles
sólo las abrazo con poéticas
y sus cuerpos de aire
juegan al despiste
y yo las persigo en sueños
para no olvidarme de que existen


Viniste a cazar intimidades
y creíste haber descubierto todo,
un complot,
una amante,
un engaño,
una lujuria desbordada
un adulterio innombrable.
Sólo por un poema erótico,
condenaste al deseo,
censuraste el pensamiento
sólo por una poesía
levantaste un muro de silencio
y te sentaste en el trono
de la ofensa y del reproche.

No lamento tu talante,
que sea altanero no me importa,
me hace reir tu dignidad herida
por su propia vanidad hinchada,
me duele ese acto traicionero,
no molesta tu altisonante lejanía
jode que te creas en el derecho
de juzgarme y condenarme
por soñar que beso
por imaginar que amo
por desear si quiero
por no esperar nada.

Sin dejarme decir ni una palabra
sin preguntarme siquiera si estoy vivo
¡Es tan fácil hacer suposiciones!
dejarse llevar por los indicios
río abajo en pos de conclusiones,
es ingrato no cuestionar los espejismos
y tu hiciste eso por principio.

Pues he de decir que te equivocas,
existe esa amante transitoria,
en el campo más fértil de mi mente
y renuncio a su virtual historia
sólo por verte.

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