30 jun 2009

Parque de San Francisco

Ya nadie supo
como contarlo
pasamos del amor
a otros asuntos
y fuimos deshojando
los pedazos del vacio
que juntitos
fuimos rellenando
abrazados,
rellenándonos
canté el bolero
porque encontré algo
yo que nada espero
en apenas un instante
un regalo de los cielos
por eso quedé mudo
y dejé el bolero
ya íbamos caminando
rodeados de niños
cuando, el granito cómplice
del agua amiga
que trajo la lluvia
que mandó el destino
ella pisa y vuela
resbala esplendida
desliza su cuerpo
en el vacío del aire
y yo que nada espero
al vuelo la abrazo
y cimbra su centro
junto al mío
y la calle es nuestra
caminamos con los niños
nos acogen en pandilla
vamos zalameros
y yo comprendo todo
lo que aquel abrazo
por la cintura
daba de si
oleadas de camaradería
de ir codo a codo
de acompasarnos
de mujer estoy aquí
porque nos hacia falta
esta intensidad
desmesurada
y la mecíamos
con testigos de honor
más que nada
más que ningún deseo
esta seducción
de Circe nueva,
que hace hervir
la sangre
sin tocarla
es hacer calceta
en el Kilimanjaro
o en el parque,
caminar bajo la lluvia,
de San Francisco.

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