27 jul 2009

Taiburon

Taiburon era deforme, de chico sus vecinos no lo respetaban, por eso por feo y porque era bueno. En esta tierra los buenos son raros. A él le gustaban las pelis donde salían monstruos. A los animales con caras raras les hacía dibujos que chicheteaba en las paredes de su habitación, junto a las fotos amarillentas de los luchadores y de las encueratrices. En las noches les cantaba a sus truchas, a sus tritones bocones, a sus sapos de ojos saltones. Una vez hizo un poema y vino a decir que no quería descendencia y vino a decir que prefería morir de célibe impotente, y partió a un largo viaje, y bailó cumbias en Tijuana, y bailó valses en Apatzingan, y bailó boleros en Paztcuaro, y allí lloró viendo las lanchas en la noche de muertos adentrándose en la oscuridad con las flores de cenpaxutli y las velas iluminando el lago. Y desde entonces entrenó su jilguero a tocar lambada. Cuando Taiburon regresó, el mundo se había olvidado de él, por eso se fue al gabacho, pero Taiburon no quiso vivir en Miami, aquello era muy fino para un mexicano deforme y sucio. Regresó a su tierra se hizo mercenario y se vendió por un campo de maiz, y con lo que le dieron compró una docena de misterios y se perdió en una multitud solitaria para no declamar verbos, para no decir lo siento, para no decir te quiero, aunque no hacía falta el quería a todos los monstruos. Taiburon era reservado y su reserva olía queroseno, y a cuerno de chivo expiatorio. Pero era más bueno que el pan, que el pan de los domingos, que el pan, cuando se tiene hambre. Conducía una trocha por Nayarit, por la costa bajaba y subía, como una araña colgada del hilo, buscando a la mosca, de la montaña al mar, a ese que lo llaman Pacífico, por decirle de algún modo. Era un mirón de tortugas parturientas, le atraía las entretelas del mar y las tortugas porque eran feas como él. Taiburon se llamaba Nicolás pero los rejijos de la chingada de la escuela Benito Juárez, como todas esas que sólo sirven para formar a los hijos de la patria, como tenía los dientes mochos y en doble fila, lo llamaban tiburón, y cuando regreso de un viaje a casa de su tía Rosita en Tucson lo empezaron a llamar Taiburon.
Ahora Taiburon es mulero y mata, y nadie sabe por qué se llama así pero los vecinos huelen a miedo cuando lo ven bajar de la camioneta con sus botas de serpiente, su sombrero que apesta a carne podrida y ese bulto en el pantalón que todos saben que es. ¿Cómo chingaos no lo iban respetar?

No hay comentarios: